Pero ella no va a llamar…
no puede hacerlo.
Rescatar algo del
fondo de tu agonía, no, no.
No esta vez, como tampoco la vez anterior,
ni
la otra,
ni las infinitas veces que la esperaste,
la sentías venir a vos,
a tu llanto... no, ya no.
Una vez mas se fue en las sombras de tu habitación.
La dejas
ir, tan cobarde...que la dejas perderse en las formas que apenas podes
distinguir, en la distancia… Ya sabíamos que esto iba a pasar, vos y yo lo
sabíamos,
sabíamos que una vez mas ibas a estar expectante,
que si, que estaba
acá bien al ladito tuyo abrazándote y jurándote un espectral amor.
Date cuenta, hermano, el vacío no es para cualquiera; tampoco el amor, tampoco la muerte.
Siempre lo supimos.
Desde aquellos días en los que, por
mas esfuerzo que hicieras,
no podías encontrar su mirada.
¡Y mirá que estabas
cerca, bien cerca de sus labios!
No, no ya no te querían besar
ni sus
ojos, ahora fríos.
Suena el recuerdo de esa mujer en tus manos, hermano.
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